Statement

La intervención que realicé no busca ocultar su desgaste, sino transformarlo en un lenguaje poético. A través del
tejido, los nudos y los flecos, las sillas se convierten en metáforas de historias visibles: huellas que no se borran, sino que se resignifican como parte esencial de su identidad.

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El blanco que cubre la madera y la fibra habla de renacimiento, de una segunda oportunidad. Es un manto que purifica y, al mismo tiempo, revela que lo nuevo puede
surgir de lo dañado. Los flecos que se extienden hacia afuera evocan memoria viva: raíces y cabellos que se desbordan, recordándonos que lo afectivo no se encierra, sino que continúa expandiéndose.

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Estas piezas dejan de ser simples objetos utilitarios para convertirse en testigos del tiempo, símbolos de resiliencia y afecto. Al darles una segunda vida, no sólo se rescata un mueble, sino también una historia que se rehace y se proyecta hacia el futuro.